A los 19 años, Saul Goodman se convirtió en timbalero de la Orquesta Filarmónica de Nueva York a las órdenes del célebre director Arturo Toscanini. Cuarenta y seis años después, se retiró como uno de los músicos de orquesta más célebres de todos los tiempos. A lo largo de su ilustre carrera como compositor, inventor y timplista, participó en más de 1.000 grabaciones, colocó a sus alumnos en las principales orquestas sinfónicas del mundo y estableció normas de interpretación y pedagogía de la percusión que siguen vigentes en la actualidad. Sus memorias, y las de sus alumnos, trazan su desarrollo musical y llevan al lector a un viaje por sus experiencias únicas durante la mayor época de las orquestas sinfónicas estadounidenses.